Empleamos dos días completos para visitar la Catedral y subir a la Giralda.
El primer día fue el pequeño museo a la entrada, así como las capillas de un lateral; y el segundo día el resto junto con la subida a la Giralda.
Es de imaginar que unas visitas tan profundas como extensas serían inabarcables en una única crónica, ya que se necesitaría no una entrada, sino un blog completo para relatar todo lo que encierra nuestra Catedral.
Tan sólo reseñar, que programamos estas visitas en el mes de enero huyendo un poco del frío de la calle, pero nos encontramos con un clima más gélido aún en el interior. Soportado estoicamente a cambio de tanta maravilla, y tan bien explicada por nuestro profesor.
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